12/03/13-.El
Estado de Israel ha sido citado para comparecer ante la primera sección de la
Corte Regional de París el miércoles 13 de marzo de 2013 a las 14.30h, para
responder a la acusación de haber abordado en aguas internacionales, en julio
de 2011, el barco “Dignité-Al Karama”, navegando como parte de la campaña “Un
Barco Francés por Gaza”, y por la detención del barco en un puerto israelí.
El “Dignité-Al Karama”, una embarcación de recreo con
pabellón francés, con 16 civiles a bordo, fue el único barco de la II Flotilla
de la Libertad que tuvo éxito en evadir la prohibición de navegación impuesta
por las autoridades griegas bajo la presión israelí, y en intentar romper el
bloqueo de Gaza.
El 19 de julio de 2011, este barco fue atacado y
abordado, en aguas internacionales, y sus pasajeros encarcelados por fuerzas
navales israelíes, desafiando el derecho internacional que rige la libertad de
circulación marítima y el Derecho del Mar. Desde entonces el barco se encuentra
detenido en un puerto israelí.
El
Estado de Israel cita la inmunidad del Estado y afirma que sus actuaciones se
llevaron a cabo como parte de sus facultades policiales. Es incomprensible que
en términos legales un Estado pudiera asumir la tarea de actuar de acuerdo a
sus “propios intereses” fuera de sus fronteras terrestres, aéreas y marítimas,
y luego se niegue a devolver un barco en las condiciones que fue asaltado. Esto
negaría cualquier norma de derecho internacional, derecho marítimo y sería una
flagrante violación del artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas,
mediante la cual el Estado de Israel, como cualquier otro Estado miembro de las
Naciones Unidas, debe acatar.
En
estas circunstancias, solo se puede mostrar indignación por la actitud al
respecto tomada por el Fiscal público francés, que considera en sus
conclusiones que el acto de piratería del Estado de Israel fue legítimo. Si las
siguiéramos, entonces no habría ley alguna, no existirían reglas
internacionales y cada Estado tendría la capacidad de hacer lo que quisiera.
El
Estado de Israel, como cualquier otro Estado, no puede actuar violando la ley,
como le plazca, donde y cuando quiera que desee. El Estado de Israel debe ser
sancionado. Hay reglas, las del derecho internacional: el sistema judicial
francés debe hacerlas cumplir.